La disciplina de los cambios normativos

Siempre mencionamos que las personas que nos desempeñamos en las áreas tributarias debemos levantarnos todos los días dispuestas a entender un nuevo cambio normativo, una nueva posición de la administración tributaria, una nueva tendencia global en tributación, una nueva posición del consejo de Estado, un borrador de decreto, o por qué no, un nuevo estándar contable.

La avalancha de información en el día a día nos trae grandes oportunidades, pero a la vez desafíos en no olvidar qué áreas de la compañía, industria o empresas se ven impactadas por las modificaciones y cómo actuar de manera rápida, algunas veces, acudiendo a ser más práctico que estratégico en la aplicación de dichos cambios.

Compartimos cinco recomendaciones para poder reaccionar de una manera más oportuna a los cambios normativos y su aplicación en las compañías:

  1. Estar atentos a las modificaciones desde los borradores de las normas. Generalmente los borradores de los cambios propuestos son de interés general y, por lo tanto, de fácil acceso. Es importante iniciar su análisis desde los borradores de las fechas más cercanas para permitir una rápida evaluación e identificación de impactos una vez las normas sean publicadas. En nuestra experiencia los borradores tienen una gran cercanía con las normas finales expedidas.
  2. Compartir dicho conocimiento con otras áreas de la empresa. Generalmente los equipos tributarios y los contables (en limitados casos) son aquellos que conocen y estudian los cambios normativos, pero otras áreas del negocio pueden no estar enteradas de los mismos, inclusive cuando su impacto puede generar la terminación, aceleración o negociación de situaciones que se encuentran en proceso. Es necesario involucrar desde un momento temprano a esas áreas del negocio con el fin de actuar en las ventanas de tiempo que dichos cambios permiten.
  3. No dedicar el tiempo de análisis a la crítica de la norma, sino darle una visión holística que permita identificar sus impactos, incluso si los mismos son adversos o contrarios a lo que la técnica establece. Luego de resueltas las situaciones se podrá invertir tiempo en el análisis técnico como especialistas en la materia, aportar a la academia y entes técnicos o porque no, pensar en demandas u cualquier otro proceso que sea aplicable.
  4. Compartir con colegas las conclusiones generales, con el fin de confirmar entendimientos, y también nutrir las decisiones rápidas y prácticas que las empresas deben tomar. Una red de profesionales siempre aporta a la construcción de conocimiento.
  5. Como último, pero no menos importante, buscar asesoría profesional de expertos para soportar las decisiones de la compañía y no dejarlo al azar.


Estamos precisamente en un cambio normativo (nueva tarifa del impuesto de timbre) que nos tiene repasando normas emitidas hasta quince años atrás, buscando doctrina y posiciones jurisprudenciales, que nos llevan a entender porque la disciplina en el análisis de estos cambios requiere no solo conocimiento técnico, sino trabajo en equipo, ser pragmático, entender los impactos del negocio y actuar con rapidez.

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