En el acelerado mundo de los negocios actuales, las empresas se encuentran navegando en algo que en el equipo de Consultoría de BDO en Colombia hemos decidido llamar "La tormenta imperfecta", un fenómeno que se caracteriza por una serie de desafíos que afectan directamente la operatividad y la rentabilidad de las empresas a nivel global.
Entre los elementos que la componen se encuentran las altas tasas de interés que aún tenemos en Colombia, la creciente rotación de personal en todos los sectores económicos, la incertidumbre frente a la volatilidad del dólar, una inflación que sigue siendo alta para los niveles deseados en una economía como la nuestra, y cierta incertidumbre con respecto a la implementación de nuevas reformas que puedan impactar aún más el débil crecimiento del sector privado y acentuar el riesgo de una recesión económica.
En este escenario desafiante, la eficiencia operacional y la mejora de procesos se convierten en un imperativo para garantizar la sostenibilidad y el crecimiento de las empresas, es en este sentido que a continuación presentamos cinco frentes de acción específicos que pueden ser puestos en marcha en cualquier compañía:
1. Innovar y transformar los procesos funcionales.
Revisar, simplificar y estandarizar los procesos, procedimientos y actividades diarias, con el objetivo de ser más prácticos y eliminar aquellas actividades que no generan valor para clientes internos y externos. Esto les permitirá a las empresas evolucionar y adaptarse a las demandas del mercado. En esta instancia evaluar las capacidades internas de la compañía y considerar la centralización de las operaciones a través de un Centro de Servicios Compartidos o la tercerización de ciertas actividades también son una alternativa interesante.
2. Invertir en las personas.
Desarrollar el personal y fortalecer la cultura organizacional para que la estrategia de la compañía sea entendida por todos y que contribuyan con su materialización. Para lograr esto en el equipo de Consultoría de BDO el Colombia consideramos que se deben seleccionar y formar cuidadosamente los equipos en función de sus responsabilidades; en paralelo, se debe contar con un plan de entrenamiento para los líderes de cada equipo, la organización debe fomentar mecanismos de participación para promover la generación de ideas de mejora. y por último, se deben desarrollar planes de carrera que les permitan a sus empleados crecer y desarrollarse personal y profesionalmente.
3. Fomentar una cultura de monitoreo y control activo.
Es fundamental que las empresas cuenten con un programa de gestión integral de costos y gastos en el que se analicen las estructuras de valores de los rubros más representativos, se realice un control a la ejecución presupuestal de manera recurrente y se monitoree el desempeño de las áreas productivas y administrativas con el objetivo de corregir la hoja de ruta cuando el equipo directivo lo considere necesario.
4. Promover la sostenibilidad.
Desde hace algún tiempo, es normal que, en los periódicos, en los informes de gestión y en los eventos corporativos se hable de la sostenibilidad y de la relación que tienen las empresas con el medio ambiente, la sociedad y la economía. La sostenibilidad no se trata de una moda, sino de la continuidad de negocio y para lograrlo recomendamos dos puntos importantes. Primero, revisar la interacción con el medio ambiente a través del desarrollo de nuevos esquemas de suministro, la racionalización en el consumo de materias primas, el uso responsable del agua y de energía eléctrica. Segundo, repensar la interacción con las comunidades en las zonas de influencia, promoviendo la participación de las personas en toda la cadena productiva, poniendo en marcha programas de movilidad sostenible en las ciudades y evaluando la pertinencia de programas de trabajo híbrido.
5. Aprovechar las ventajas que trae la tecnología.
El objetivo de la transformación digital es poner la tecnología al servicio del crecimiento de los negocios y estamos en un momento ideal para que todas las empresas (sin excepción) aprovechen las bondades de nuevas tecnologías para mejor sus procesos, sus estructuras y el manejo de su información. Por ejemplo, luego de analizar sus flujos de trabajo, las empresas pueden considerar la automatización de actividades repetitivas y de bajo valor agregado mediante el uso de un robot, esto ayuda a reubicar a las personas en funciones más complejas y mejora la calidad pues facilita la estandarización.
También se puede evaluar el uso de servicio en la nube (cloud por su nombre en inglés), que mejora el desempeño de los aplicativos corporativos, protege la integridad de la información y facilita la estabilidad de los sistemas de información. Adicionalmente, las empresas pueden explorar el uso de la inteligencia artificial (IA) que facilita la toma de decisiones, agiliza el tiempo para realizar consultas específicas y abre un sinnúmero de posibilidades para desarrollar nuevos productos y servicios en el mercado. La revolución tecnológica tiene muchísimos beneficios más, aquí solo mencionamos tres de ellos, pero el mensaje más importante es que las empresas deben considerar una inmersión total en la transformación digital y no dar vuelta atrás.
En resumen, el contexto empresarial se caracteriza por desafíos diversos que pasan desde lo económico hasta lo social y ambiental, y es aquí donde enfocar esfuerzos en mejorar la eficiencia operacional ayuda a enfrentar lo que en BDO en Colombia hemos llamado “La tormenta imperfecta”.