La cultura organizacional juega un papel fundamental en la integración y efectividad de equipos multigeneracionales. Es vital construir una cultura inclusiva que valore las distintas perspectivas y habilidades que cada generación aporta.
Sin embargo, uno de los principales retos actuales es administrar y alinear la comunicación y la diferencia de estilos de personalidad, ya que cada generación tiene canales preferidos y distintos; si no se tiene clara una estrategia de comunicación y adaptación, es probable que se generen confusiones y fricciones entre el componente más complejo dentro de las organizaciones: el ser humano.
Para ello, el liderazgo adaptativo funciona como un elemento diferenciador y clave en las dinámicas actuales de las organizaciones. Sobre esto, Diego Bernal, socio de People & Culture de BDO Interaméricas, expone que, “este estilo de liderazgo tiene la capacidad de priorizar el bienestar y el crecimiento del equipo, facilita entornos de aprendizaje continuo entre áreas y miembros del mismo equipo, promueve metodologías donde los jóvenes enseñan tecnología y los veteranos aportan experiencia, son capaces de alinear estas dos generaciones. Son flexibles y tienen un enfoque en tener resultados distintos haciendo las cosas de manera diferente.”
Factores claves para el fomento de la colaboración y productividad
Dada la necesidad de crear espacios de trabajo adecuados para todos, es importante fomentar ambientes "desacartonados" y de generación de confianza, donde todos los miembros del equipo sean parte de la construcción de una mejor manera de hacer las cosas.
En este sentido, algunas prácticas que se pueden implementar son:
1. La flexibilidad en la manera de trabajar, con políticas que beneficien al colaborador.
2. La mentoría inversa es una práctica disruptiva que empodera las nuevas generaciones como mentores de líderes senior en temas como lo digital y la mejor manera de comunicarse con los equipos de diferencia generacional.
3. Establecer sistemas de reconocimiento personalizados, permitiendo al colaborador ser parte del diseño del plan de beneficios de la organización, ya que las nuevas generaciones buscan trabajar con propósito, adaptar las recompensas a las necesidades propias, esto ayuda a elevar los niveles productividad y retención.
4. Vivir una cultura de desarrollo, crecimiento constante por medio del feedback permanente buscando incrementar el bienestar y la productividad del individuo.
En conclusión, construir equipos multigeneracionales exitosos requiere una cultura organizacional inclusiva y un liderazgo adaptativo que sea capaz de alinear las distintas formas de trabajar y de comunicarse. Las empresas que logran promover la flexibilidad, la mentoría inversa y sistemas de reconocimiento personalizados no solo mejoran la productividad, sino que también fomentan un ambiente de confianza y crecimiento mutuo.
Al final del día, el verdadero éxito de una organización radica en su capacidad para escuchar y valorar a cada uno de sus miembros, sin importar su edad. Este enfoque permite crear un espacio de trabajo donde todas las generaciones se sienten valoradas y conectadas, transformando las diferencias en la mayor fortaleza de la compañía.