Hoy en día uno de los procesos dentro de las empresas que puede tener un mayor impacto en la sostenibilidad es el de las cadenas de suministro, en particular las pertenecientes a los sectores como manufactura, retail, infraestructura, transporte, entre otros.
La gestión sostenible de las cadenas de suministro se ha convertido en una prioridad estratégica para las empresas conscientes de su responsabilidad social, ambiental y económica. En este contexto, es crucial abordar desafíos críticos como las normativas y marcos internacionales en donde los retos internos y externos deben ir alineados a los objetivos estratégicos de la organización, con el fin de fomentar prácticas responsables dentro de todas las etapas de la cadena.
Estos desafíos deben ser evaluados y abordados a partir de los aspectos sostenibles en donde se deben identificar el impacto, determinando con claridad las áreas de mejora y fortaleciendo las de impacto positivo que se tengan dentro de las mismas y así abordarlos conforme al componente central del gobierno corporativo, comprometiendo las prácticas sostenibles en sus políticas y operaciones.
Las prácticas anteriormente mencionadas, deben implicar estudios y análisis de costos a largo plazo y evidenciar el valor compartido que generan para la sociedad y el ambiente, las cuales garantizarán las decisiones alineadas con la sostenibilidad, y así mismo, integrarlas a partir del proceso de compra en el que se incluya la adopción de iniciativas sostenibles, de economía circular y en un diseño que minimice el desperdicio de materiales.
Ahora bien, el trabajo digno y la compensación justa también es necesaria en esta cadena, pues deben garantizarse las condiciones laborales en donde la ética y justa remuneración sobresalga; lo que implica apoyar iniciativas de diversidad, respetando los derechos humanos y promoviendo la equidad en la contratación.
Por otro lado, y resaltando el impacto económico positivo, se debe generar y fomentar el desarrollo de pymes, considerar organizaciones locales y establecer proyectos que generen beneficios mutuos desde una perspectiva económica y sostenible; analizando los riesgos por sector y región, contemplando las comunidades y los derechos de cada uno de ellos.
Por último, en cuanto a la superación de retos internos y externos se debe centrar en la falta de recursos y tecnologías, así como en las instituciones débiles y prácticas corruptas; por ende, para superar estos desafíos es necesario un enfoque estratégico y colaborativo en donde se destacan las siguientes iniciativas estratégicas: rediseño de la cadena de suministro, desarrollo de productos con ciclo de vida sostenibles, mejora de la planificación y la implementación de “Lean Manufacturing” para reducir desperdicios.
Para finalizar, es importante destacar que la gestión sostenible de la cadena de suministro no solo es una necesidad ética, sino también una estrategia empresarial inteligente. Adoptar las acciones de impacto mencionadas anteriormente puede marcar la diferencia, fomentando la sostenibilidad, la resiliencia frente a crisis, y contribuyendo al desarrollo sostenible a largo plazo.