El impacto de la migración a la nube en la ciberseguridad y la transformación digital

La nube es uno de los principales factores que contribuyen a la transformación digital. La pandemia de COVID-19 y la consiguiente recesión económica han acelerado aún más el cambio a la computación en la nube en muchas organizaciones, mientras que los servicios modernos requieren continuamente la adquisición y el análisis de enormes volúmenes de datos y su traducción en información procesable. La computación en nube es una parte crucial de la ecuación que permite dar servicio y proteger dichos datos, lo que podría ser desafiante.

Hace tan sólo unos años, los clientes se veían obligados a implicarse a fondo en el desarrollo de aplicaciones internas y en la integración de las distintas plataformas que se niegan a comunicarse entre sí. En las últimas décadas se han desarrollado numerosos estándares con el objetivo de definir un "lenguaje de seguridad común" que permita una fácil integración de los distintos servicios. Esto incluye protocolos en ámbitos como el control de acceso, la autenticación y la autorización, la auditoría de seguridad centralizada y muchos más.

El auge de la computación en la nube ha permitido un cambio de paradigma en la forma de aplicar estos protocolos. Varios servicios basados en la nube pueden "hablar" entre sí utilizando estos protocolos estándar. Además, estos protocolos permiten a los principales proveedores ofrecer capacidades centrales de seguridad como un servicio, eliminando la necesidad de desarrollar dichas capacidades por separado. Este desarrollo reduce el tiempo y el esfuerzo necesarios para desarrollar, implementar y mantener nuevos servicios funcionales, garantizando al mismo tiempo una postura de seguridad mejorada.

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