Por primera vez en casi tres décadas, Estados Unidos ha incluido a Colombia en la lista de países que han “fallado demostrablemente” en el cumplimiento de sus compromisos internacionales de lucha contra las drogas. La medida, anunciada por la Casa Blanca, supone un giro histórico en la relación bilateral y plantea interrogantes sobre el futuro de la cooperación económica, comercial y financiera entre ambos países.
Aunque Washington concedió un “waiver” que permite mantener parte de la ayuda por razones de seguridad nacional, la decisión envía un mensaje contundente: los esfuerzos colombianos en materia de reducción de cultivos ilícitos, interdicción y extradiciones no han sido considerados suficientes.
Respecto a esto, Víctor Ramírez, socio de la línea de Auditoría y líder del sector financiero de BDO Interaméricas, presenta los impactos que tiene esta decisión dentro de las dinámicas económicas del país:
Impactos en la economía:
1. Comercio exterior bajo presión: Estados Unidos representa alrededor del 27 % de las exportaciones colombianas. La descertificación no suspende automáticamente el Tratado de Libre Comercio (TLC), pero sí abre la puerta a restricciones arancelarias o regulatorias que afectarían sectores sensibles como café, flores, banano y confecciones.
2. Inversión extranjera directa (IED): con más del 25 % de la IED proveniente de Estados Unidos, la decisión podría enfriar el apetito de nuevos capitales y ralentizar proyectos en hidrocarburos, infraestructura y tecnología. El mensaje al mercado internacional es de mayor riesgo regulatorio y político.
3. Mayor riesgo país y financiamiento más costoso: la medida ya empieza a reflejarse en el riesgo país (EMBI+ Colombia), lo que encarece la colocación de deuda soberana y corporativa en los mercados internacionales. Organismos multilaterales como FMI, BID y Banco Mundial, donde la influencia de dicho país es determinante, también podrían endurecer condiciones de financiamiento.
4. Efectos cambiarios e inflación: una salida de capitales y menor ingreso de divisas presionaría al alza el dólar. Con ello, los costos de importación de combustibles, maquinaria y alimentos aumentarían, generando presiones inflacionarias que obligarían al Banco de la República a subir tasas de interés.
Impactos en el sector financiero
1. Acceso limitado a crédito externo: Bancos y entidades financieras colombianas podrían enfrentar spreads más altos en sus líneas de fondeo internacional. Esto encarece el costo del crédito corporativo y limita la expansión de la cartera.
2. Revisión de calificaciones crediticias: las agencias de riesgo podrían interpretar la descertificación como una señal de deterioro institucional. Tanto la calificación soberana como la de los principales bancos y aseguradoras estarían en riesgo de ajustes a la baja.
3. Volatilidad en los mercados: inversionistas de portafolio, con posiciones en TES y en acciones de la Bolsa de Valores de Colombia, podrían reducir su exposición. Esto generaría mayor volatilidad en el mercado bursátil y en la deuda pública.
4. Confianza del consumidor y crédito interno: una menor estabilidad macroeconómica afecta las expectativas de hogares y empresas. Esto puede traducirse en un crecimiento más lento del crédito de consumo y vivienda, con impacto directo sobre el dinamismo económico.
La descertificación marca un punto de inflexión en la relación con Estados Unidos. Más allá del golpe diplomático, sus consecuencias se sentirán en la economía real y en el sistema financiero colombiano: desde el acceso a divisas y créditos hasta la confianza de inversionistas y consumidores.
La coyuntura exige reforzar la diplomacia económica, diversificar los mercados de exportación y blindar al sector financiero frente a escenarios de volatilidad. La resiliencia del país dependerá de su capacidad para demostrar resultados en la lucha contra las drogas y, al mismo tiempo, sostener la estabilidad macroeconómica.}
Aunque Washington concedió un “waiver” que permite mantener parte de la ayuda por razones de seguridad nacional, la decisión envía un mensaje contundente: los esfuerzos colombianos en materia de reducción de cultivos ilícitos, interdicción y extradiciones no han sido considerados suficientes.
Respecto a esto, Víctor Ramírez, socio de la línea de Auditoría y líder del sector financiero de BDO Interaméricas, presenta los impactos que tiene esta decisión dentro de las dinámicas económicas del país:
Impactos en la economía:
1. Comercio exterior bajo presión: Estados Unidos representa alrededor del 27 % de las exportaciones colombianas. La descertificación no suspende automáticamente el Tratado de Libre Comercio (TLC), pero sí abre la puerta a restricciones arancelarias o regulatorias que afectarían sectores sensibles como café, flores, banano y confecciones.
2. Inversión extranjera directa (IED): con más del 25 % de la IED proveniente de Estados Unidos, la decisión podría enfriar el apetito de nuevos capitales y ralentizar proyectos en hidrocarburos, infraestructura y tecnología. El mensaje al mercado internacional es de mayor riesgo regulatorio y político.
3. Mayor riesgo país y financiamiento más costoso: la medida ya empieza a reflejarse en el riesgo país (EMBI+ Colombia), lo que encarece la colocación de deuda soberana y corporativa en los mercados internacionales. Organismos multilaterales como FMI, BID y Banco Mundial, donde la influencia de dicho país es determinante, también podrían endurecer condiciones de financiamiento.
4. Efectos cambiarios e inflación: una salida de capitales y menor ingreso de divisas presionaría al alza el dólar. Con ello, los costos de importación de combustibles, maquinaria y alimentos aumentarían, generando presiones inflacionarias que obligarían al Banco de la República a subir tasas de interés.
Impactos en el sector financiero
1. Acceso limitado a crédito externo: Bancos y entidades financieras colombianas podrían enfrentar spreads más altos en sus líneas de fondeo internacional. Esto encarece el costo del crédito corporativo y limita la expansión de la cartera.
2. Revisión de calificaciones crediticias: las agencias de riesgo podrían interpretar la descertificación como una señal de deterioro institucional. Tanto la calificación soberana como la de los principales bancos y aseguradoras estarían en riesgo de ajustes a la baja.
3. Volatilidad en los mercados: inversionistas de portafolio, con posiciones en TES y en acciones de la Bolsa de Valores de Colombia, podrían reducir su exposición. Esto generaría mayor volatilidad en el mercado bursátil y en la deuda pública.
4. Confianza del consumidor y crédito interno: una menor estabilidad macroeconómica afecta las expectativas de hogares y empresas. Esto puede traducirse en un crecimiento más lento del crédito de consumo y vivienda, con impacto directo sobre el dinamismo económico.
La descertificación marca un punto de inflexión en la relación con Estados Unidos. Más allá del golpe diplomático, sus consecuencias se sentirán en la economía real y en el sistema financiero colombiano: desde el acceso a divisas y créditos hasta la confianza de inversionistas y consumidores.
La coyuntura exige reforzar la diplomacia económica, diversificar los mercados de exportación y blindar al sector financiero frente a escenarios de volatilidad. La resiliencia del país dependerá de su capacidad para demostrar resultados en la lucha contra las drogas y, al mismo tiempo, sostener la estabilidad macroeconómica.}
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