Crisis mundial de logística y abastecimiento: ¿Cuáles pueden ser las salidas?

La reactivación económica a nivel global ha traído consigo grandes desafíos y afectaciones que productores y consumidores no estaban esperando. Las altas demandas de la población han sobrepasado la capacidad actual de las cadenas de suministro, quienes se han visto forzadas a replantear sus modalidades de trabajo.

Para entender a mayor profundidad el contexto actual se debe retroceder un par de años para focalizarnos en uno de los componentes clave de la cadena de suministro: el transporte. De acuerdo con Analdex, 90% de las mercancías se transporta vía marítima y 64% de estas, a través de buques portacontenedores. Estos buques hacen parte de la industria de transporte marítima, fuertemente golpeada en los años previos a la pandemia, es decir, ya no se construye la misma cantidad que antes.

La escasez de contenedores y buques portacontenedores, ha causado que múltiples industrias compitan por un mismo recurso escaso, elevando los precios de la oferta a récords históricos. Sin embargo, este no ha sido el único problema: los bloqueos que paralizaron a decenas de fabricantes en Shanghái; los cada vez más alarmantes indicios de una posible recesión mundial y una cadena de suministro global tensionada, representan un torbellino de factores, que nos tiene sumidos en una crisis logística y de abastecimiento.

Según la firma de investigación Resilinc, enviar un contenedor desde China a la costa oeste ahora cuesta aproximadamente tres veces más que el año anterior, un aumento superior al 34% con respecto al primer trimestre del año.

Las repercusiones ya se han extendido por todo el mundo. Multinacionales como Apple y General Electric, hasta Amazon y Adidas, han advertido sobre la interrupción de sus cadenas de suministro. No solo informaron problemas para transportar materias primas y componentes a sus fábricas, sino que también tuvieron problemas para enviar productos terminados a clientes en el extranjero.

Una situación similar la está viviendo Tesla, la compañía de autos con tecnología de punta, que continúa cayendo en la bolsa a cuenta de su elevado gasto, las pérdidas multimillonarias de sus fábricas en Texas y Berlín y la continua interrupción de su cadena de suministro; tanto que Elon Musk, líder de la empresa, afirmó que trabaja para evitar la bancarrota.

Todo esto sin dejar de lado la guerra de Ucrania que ha afectado en buena manera los insumos agrícolas, dejando al mundo sumido en una ola de escasez global de alimentos. De hecho, el subdirector general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Abdul Hakim Elwaer, aseguró que no habrá hambruna, pero sí una larga escasez de alimentos, especialmente en los países con baja capacidad de producción. Ya hoy más de 800 millones de personas en el mundo enfrentan inseguridad alimentaria.

Situación Colombia

Colombia no ha sido ajeno a este fenómeno mundial y también ha sufrido los impactos de esta crisis logística global. Esto ha elevado el Índice de precios

al consumidor (IPC) en los primeros cinco meses hasta el 9.07%, el triple de la meta que se había fijado el Banco de la República para este año del 3%, en un rango entre 2% y 4%. Esta inflación, según el DANE, ha golpeado con más severidad a los hogares pobres y vulnerables con un aumento del IPC de 10.68% y 10.47%,

respectivamente. Ello obedece a que el alza en los precios de los alimentos, que son los que absorben la mayor proporción de su ingreso, alcanzó el 21.6% en mayo.

Después de los precios de los alimentos, se destaca la escalada alcista de las tarifas de los servicios públicos, particularmente la de energía que se situó en el 17.3%.

Domingo Chinea, presidente de la sociedad portuaria de Santa Marta, proyecta un crecimiento en el flujo de contenedores del 12% para este año. No obstante, este crecimiento viene acompañado de un fuerte incremento en costos de transporte los cuales se han incrementado un 443% en las rutas con china comparado con un 152% en las rutas Asia-Norte América, según reporta la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo. Estos altos costos se han transferido a las materias primas y el consumidor, reportando índices de inflación. Un ejemplo de esto, es la industria de alimentos, las cuales han tenido un incremento de 14,85% en los últimos 12 meses.

 ¿Cuál es el camino?

Madhav Durbha, vicepresidente de estrategia de la cadena de suministro de Coupa Software Inc., dijo que los líderes empresariales deben repensar cómo y dónde producen y de dónde se abastecen. A través de nuevas tecnologías y una mejor planificación, pueden reducir los posibles retrasos, la pérdida de ingresos y la “constante lucha contra incendios” para gestionar la escasez.

Una de las estrategias que están siguiendo las grandes marcas para conservar sus volúmenes de ventas, en un escenario de limitación en la oferta de insumos y alta inflación, es que ya no ofrecen las mismas presentaciones de productos que antes. Ahora, exhiben presentaciones más pequeñas, a un precio aparentemente más bajo que las presentaciones estándar.

De hecho, las personas ahora no solamente consumen presentaciones reducidas, sino productos genéricos a menor precio, pero con menor calidad. Sin duda, es una realidad que la inflación pasa la factura al consumidor final, pues si bien pueden mantener una canasta de bienes mínima, lo hacen a merced de perder la calidad de lo que comen o utilizan.

Otras empresas están optando por regresar sus operaciones a ubicaciones previas; trabajar con subcontratistas en varios lugares, racionalizar sus gastos operativos e impulsar procesos de automatización de sus operaciones, entre otros. Por supuesto, lo anterior conllevará, en un principio, a un impacto negativo en la productividad y a la necesidad de nuevas inversiones.

Desde BDO en Colombia, analizamos el flujo de valor en toda la red de proveedores y clientes para comprender cómo puede mejorar cada eslabón de la cadena. Con un enfoque escalable y un esfuerzo coordinado en toda nuestra red internacional, podemos ayudarlo a desarrollar e implementar una estrategia de gestión de la cadena de suministro más eficaz que pueda reducir los riesgos, acelerar eficiencias y mejorar los resultados de negocio.